Acerca de ¨24 horas con mi ¨Álter ego y mi Súper yo¨ (5)

Hubo un Pirandello que nos mostró cómo el teatro podía estallar desde la escena misma, violado por la Poesía, reunidos sus escombros por la Contradicción. Maschere Nude. ¨Sei personaggi in cerca d autore¨ es una comedia negra. Padre y director buscan la historia de los personajes como detectives insomnes, el tramoyista deja caer el telón cuando menos se lo espera.

En “24 horas con mi Alter Ego y mi Súper Yo” Nicolás García Sáez provoca a quienes leemos una incertidumbre de policial, convierte al lector-voyeur en un involuntario perseguidor de un autor que se sustrae siempre. Para eso, o por eso, el escritor hace estallar todos los uniformes y las convenciones de la Academia. Alter Ego, Superyó, Yo, escapan de la vigilancia de la Policía Psicoanalítica, pierden sus investiduras filosóficas y se travisten en una orgiástica trampa para la incauta Razón. Fueron despojados de sus atributos y vienen por el autor (¿o el que escribe es otro alter ego?) Para eso, o por eso, recurre a un humor que se tensa y destensa, que es rudo y flexible a la vez. Como ocurre en sus textos poéticos; hablamos de Estilo.

Esas 24 horas podrían ser un minuto si alguien se animara a correr las manecillas del reloj con sus propias manos, porque…¿todo no podría transcurrir  mientras Lady Macbeth es deseada en los bosques de Palermo? Cobayo de sí mismo, viajero de un tiempo que no tiene lugar (¿o si?, según la novedosa estructura que va titulando cada capítulo y conformando la obra con su tic tac) nombre de un estilo en el que se escribe con las vísceras.

 ¿Quién me guía para salir de este libro? ¿Laing con su manada de yoes indocumentados? ¿Molloy con su avinagrado aliento, dulce por hoy? ¿Quién? En el final está el principio; ya estoy en el laberinto. Bailoteo todavía con una resaca de letras. Lo sé. Yo, Alter Ego y Súper Yo son Uno. Uno solo que se traviste. Que se menea, que ríe, que bebe, que llora, que propone, que provoca, que habla con el tono de la prosa de la haute culture y cierto slang porteño y barriobajero. El autor tiene carnet fiel y perenne de su amado Boca Juniors.

¿Pero será que quiero de verdad salirme de estas atópicas veinticuatro horas, en las que ni Mishima con su pericia de bisturí podría revolverse tanto las tripas? ¡Dios de los cerdos y de los peces! Salgo o creo que salgo de esta lectura como de una borrachera soñada. Consejo: abstenerse de leer las páginas anteriores quien nunca haya palpado, antes de abrir los ojos, el cuerpo con el que atravesó la larga noche, y del que ignorará su nombre. Aquí no hay donde esconderse. Hay que estar siempre en la Escena. En estado de Alerta. ¡Fuego! Le pido a Sor Juana que me rescate: ella no le teme a nada. Yo, Alter y Súper juegan conmigo. Los invitados sorpresa (atención eminencias del diván con los hilarantes Complejos, nótense las mayúsculas) también. Me expulsan de la maloliente habitación, después me seducen para que vuelva, nuevamente me arrojan afuera. ¿Pero afuera de qué? Me caigo y me levanto. Son Uno. Son y somos todos. Lo sé. Vuelvo.

Santa Evita, hermana de todas las mujeres profanadas, Elías, padre y profeta, mesías hasta el infinito, les pido, libérenme de esta metamorfosis, profanen el falso Orlando en el que me he convertido por acompañar a este rebelde. ¿Me escuchan? Estoy aquí. Prisionera. Puedo ver a los tres en uno, puedo ver a uno en los tres. Y los invitados…ay. Un solo capricho: si permanezco en este cuarto con ellos, déjenme elegir el whisky, privilegios de mi género, el plumetí.

Y agrego, o subrayo: los personajes de “24 horas…”, obra sui generis desde el vamos, aceptan salir a bailar, repiten o se ríen de su propio texto sin enloquecerse, se comportan como hábiles negociadores políticos que no ignoran que el juego ya está perdido de antemano. Con muecas de esgrimistas experimentados entran en un devenir que podría traducirse como un largo oxímoron: nos prometen oscuridad mientras nos atraviesa la luz, obedecen el libreto para desobedecerlo al pie de la letra, adoran lo sagrado para profanarlo con una carcajada estentórea. Nos sumergimos y salimos, salimos y nos sumergimos en un texto que Copi y Pirandello, seguramente, desde algún lugar, estarán celebrando.*

*Prólogo de la psicoanalista Isabel Steinberg para la primera edición de ¨24 horas con mi Álter ego y mi Súper yo¨ / Editorial Sátira y Musa