El siempre apreciado Lobsang Rampa comenta, en uno de sus textos tibetanos, la incertidumbre del occidental frente al Yeti. Habla del tercer ojo que le incrustaron y gracias al cual puede ver el aura, como quien ve el rocío o el amanecer. Y también nos muestra las tierras altas y gélidas de Chang Tang, pueblo milenario, abandonado, que se encuentra a seis mil metros, en las alturas del Himalaya, azotadas por los vientos helados y la arenisca. En medio, el Brahmaputra, que va hacia el Golfo de Bengala. Imaginando ese paisaje, el lama se va a las antípodas, hacia las cuevas de Potala: allí hay un ovni atravesando las reliquias de una civilización que brilló en el principio de los tiempos.
Texto cronometrado: ©Nicolás García Sáez