Sutil

Los pájaros suben o bajan una octava, depende…

¿En qué consiste la delicadeza? Puede observarse en el resplandor que trae un amanecer primaveral,  en el revoloteo de un pétalo roto y perdido sobre una avenida metropolitana, en los claroscuros que rozan el terciopelo infinito

¿Y entonces? No es poco imaginar un mundo sin los barrotes de la torpeza, el peso de algunas vehemencias, esa pizca de veneno extraída del abismo

¡Que viva la algarabía de la vida! Casi cacofónico, dirá el académico, indispensable, dirá el capitán en todos los puertos del dulce remar. Los músculos se fortalecen para naufragar sobre el sonido de las olas leves

Lejos, los grillos cantan bajo la luna llena

Resulta muy entretenido observar los cambios en el tono y el velo de las luces que van del atardecer hasta el principio más fusco de la noche. Los claroscuros mencionados son cuotas para un freezer

Amanece, otra vez. La disciplina espartana obtiene unos resultados sorprendentes. Lucidez. El silencio. El rumor urbano.  El susurro interno, sutil, delicado y pleno

 

© Nicolás García Sáez