Un dedo

Si durante meses (e incluso años) uno/a u otro/a se la pasa pensando, analizando, elucubrando, suponiendo, calculando, ponderando, tanteando, considerando, especulando, comparando, sopesando, dudando, proyectando, calibrando, computando, tergiversando, exagerando, minimizando, resignificando, juzgando, deduciendo, criticando, recordando…y después no mueve un dedo para cambiar las cosas, allí quedará todo, sin siembra, ni riego, ni hablar de cosechas, un desierto de baja vibración, o un vacío encantador (opción para aficionados/as al masoquismo) que dará vueltas y vueltas, por los siglos de los siglos, entre la niebla del tiempo, amén

 

© Nicolás García Sáez